sábado, 16 de marzo de 2019

RECONCILIACIÓN, MAGIA Y SUPERACIÓN


Hola, me llamo Yaiza y voy a contaros mi experiencia en uno de los viajes más mágicos y maravillosos en los que me he embarcado.

Al principio del viaje tenía muchos nervios y miedos porque no sabía qué me esperaría una vez que llegáramos a Portugal y, porque tenía miedo a quedarme sola ya que a la mayoría de gente no la conocía o solo la había visto alguna vez. Posteriormente me daría cuenta que  en realidad no tenía que haberme preocupado por ello, porque gracias a este viaje pude conocer a unas grandes personas con un gran corazón, e incluso llegué a volver a hablar con una persona con la que llevaba meses sin hablar, porque estábamos enfadados el uno con el otro.

En este viaje también pude conocer muchos lugares increíbles y muy diferentes los unos de otros, ya que cada uno tiene su encanto.

De Bathala y Alcobaça me quedo con sus grandiosas y fascinantes monasterios en los que  duermen eternamente los protagonistas de una de las historias de amor más bonitas de Portugal, D. Pedro y Dña. Inés de Castro. De Lisboa me quedo con sus calles y plazas, tan llenas de vida, en donde nos podíamos encontrar tanto tiendas en las que solo pensarías entrar en tus sueños como, a personas bailando con un gran talento y disfrutando de esa maravillosa tarde.  De la Torre de Belem me quedo con ese sabroso y delicioso pastel de nata, la catedral de los Jerónimos, el gigantesco Puente Rojo, muy similar al que hay en San Francisco, y ese asombroso castillo a las orillas del Mar.
 De Nazaré me quedo con la grandiosa playa, con la furia y fuerza de sus aguas que muestra a través de esas olas gigantescas y casi imposibles de surfear. De Óbidos me quedo con su maravilloso paisaje que se puede ver desde su castillo protegido por una inmensa muralla, su chocolate y la sensación de vértigo que la mayoría sentimos al pasar de una parte a otra de la muralla. De Oporto me quedo con el paisaje que podíamos disfrutar de la ciudad mientras dábamos un paseo en barco por el río y, por sus puentes que eran unas maravillosas obras arquitectónicas y del lugar más importante de todos. 
Y de Fátima me quedo con esa impresión de entrar a la basílica de Fátima, el asombro de ver la plaza, la emoción de ver a la Virgen de Fátima a la luz de las velas que llevan los peregrinos durante la procesión y, del impacto que me provocó el ver a esas personas que recorrían la plaza para llegar a la capilla de las Apariciones donde se encontraba la Virgen para pedirle por ellos, por su familia o para cumplir las promesas que Fátima les había concedido y, allí me pude dar cuenta que muchas veces nos quejamos por cosas que no tienen importancia, como hacía yo días antes de ir a Portugal, que me quejaba y me arrepentía de haber decidido ir a este viaje sin llegar a vivirlo a causa de mi miedo por los exámenes. Y gracias a esto pude abrir los ojos y conocerme a mi misma.

En general de este viaje me llevo muchas amistades creadas durante estos seis días de convivencia en los que la emoción, las risas, las lágrimas, la diversión, la alegría, el respeto, la tolerancia y la felicidad  hicieron siempre un gran acto de presencia. 

Y antes de acabar me gustaría darles las gracias a mis compañeros de viaje por tantos momentos vividos y por tantas risas echadas que quedarán siempre en mis recuerdos. Al guía que nos acompañó durante los trayectos en la guagua en los que nos enseñaba de la forma más divertida, la historia de los lugares que visitábamos y, por hacernos más entretenidas las horas que pasábamos para desplazarnos de un sitio a otro. A los profesores porque sin ellos no habría sido posible poder vivir esta gran experiencia que viví en este fantástico viaje, por preocuparse por nosotros, por cuidarnos y por esos piques entre dos de ellos y, en especial a Fran, por su dedicación y por su preocupación para que todo saliera de la mejor manera posible, para que nos sintiéramos como en casa y, para que llegáramos a vivir la experiencia de viajar, de convivir con los compañeros y, sobre todo, para que pudiésemos experimentar un poco de la fe de todas las personas que llegan de todos los lugares del mundo a ver a la Virgen de Fátima.

Yaiza S.